Claromecó significa en idioma araucano "Aguas claras entre juncales". Este balneario se encuentra en tierras que antiguamente pertencieran a la familia Bellocq y que fueran tomadas por la provincia de Buenos Aires. Los Bellocq comenzaron a darle forma al incipiente balneario construyendo los primeros 9 chalets, de los que aún se conservan algunos. En el sector de playas llamado Dunamar, gran vivero dunícola debido a Ernesto Friddolín Gesell (hermano de Carlos Gesell) se levantan hermosas edificaciones de estilo alpino y confortables cabañas.
La práctica de la pesca comercial es uno de los motorizadores económicos de la población estable. La introducción de la modalidad pesquera fué hecha por inmigrantes catalanes, que con lanchas pesqueras iniciaron tal emprendimiento, logrando extender la costumbre e instalándose al tiempo varias industrias pesqueras.
Son recomendables las visitas a la Estación Dunícola y al Vivero, previa reserva, y que ocupa una faja costera de 11 km. y una superficie de 2.800 has. Posee innumerables variedades de coníferas ya adultas. Puede acamparse. También podés visitar el faro Claromecó, que con sus 54 metros de altura, y subiendo la escalera caracol que lleva al mirador te ofrecerá unas hermosas vistas. Todos los médanos circundantes son vivos, varían constantemente sus formas. Las visitas se hacen de lunes a domingos, de 10 a 12 y de 16 a 20 horas, y se cobra entrada.
A fines de enero y principios de febrero se celebran las "24 horas de la Corvina Negra". En general hay buenos servicios de hotelería y gastronomía, varios campings; el del A.C.A. y el de Luz y Fuerza.
martes, 16 de febrero de 2010
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